Si has advertido que tus plantas han empezado a amarillear y has descubierto que es por una carencia de nutrientes. Esto puede ser por el pH que tenga el suelo de tu parcela. Puede que sea alcalino y que por ello, no los retenga bien. Por tanto, si quieres contrarrestar los efectos del pH alcalino, tendrás que realizar una serie de acciones. Puedes elegir entre aportar los nutrientes que falten, bajar el pH del suelo o, del que hablaremos en este post, bajar el pH del agua con ácido cítrico.
Si has probado las dos primeras y no han servido, sólo te queda ésta. El agua de riego puede rebajarse con ácido cítrico, siempre y cuando sea alcalina. El ácido cítrico tiene un papel que se puede comparar con el sulfato de hierro para las macetas. Con este ácido, puedes ajustar el pH del agua y regar después con ella.
En ningún momento, debes añadir sulfato de hierro en sustratos como se hace en el suelo. Es mejor que lo evites porque es posible que se queme la planta si no ajustas bien la dosis. Para añadir el ácido cítrico deberás seguir unos pasos.
Pasos
Primero preparar un bidón de una capacidad de unos 50 litros de capacidad. Después, llénalo con agua. Con una cucharada de ácido cítrico que eches será suficiente. A continuación remueve bien todo y ya tendrás un agua ácida. Para medir el pH, puedes hacerlo con unas tiras de papel indicador. Éstas puedes adquirirlas en la farmacia.
Después de este proceso, riega siempre con el agua que has conseguido. Tras hacerlo varias veces, el sustrato ya se habrá vuelto más ácido. Para complementarlo, añade una vez al mes quelatos de hierro. Si con estos, sigues viendo que las hojas de tus plantas siguen amarilleándose, deberás considerar los demás microelementos como el manganeso, el zinc, el boro o el molibdeno.