Los huesos sesamoideos no fueron descritos hasta mediados del siglo XVII.
Para ubicarlos en el espacio sin riesgo de confusión nos referiremos a ellos como sesamoideo tibial y peroneo.
Estos huesos ubicados bajo la cabeza del primer metatarsiano aparecen en la quinta semana de gestación, como un tejido fibroso procedente del periostio de los huesos vecinos. Adquieren su tamaño definitivo hacia el quinto mes de gestación, pero no es hasta los 9 años de edad en las niñas y los 1 años en los niños que adquieren tanto el tamaño como la osificación definitiva, siendo visibles radiológicamente sobre los 11 años de edad.
La vascularización en estos huesos tiende a ser precaria, obteniendo el aporte sanguíneo de la arteria plantar metatarsiana que pasa por el borde lateral del sesamoideo peroneo, entre otros vasos adyacentes. Esta particularidad los hace vulnerables ante determinados traumatismos lo que puede degenerar en una necrosis de los sesamoideos.
¿Qué papel juegan los sesamoideos en el pie?
El aparato falangosesamoideo es de relativa complejidad ya que intervienen dos tipos de articulaciones, la que se presenta entre los sesamoideos con la cabeza del primer metatarsiano a nivel plantar, así como la que presenta la cabeza del mismo con la falange proximal del dedo gordo. Su estudio dinámico es extremadamente complejo debido a la fugacidad de sus movimientos, aunque se le atribuyen varias funciones:
- Amortiguan y absorben la carga que reciben durante la marcha.
- Protegen el flexor largo del dedo gordo.
- Estabilizan el primer radio mediante sus conexiones con la aponeurosis plantar.
- Etc.
Para su estudio mediante pruebas complementarias, se pueden emplear múltiples opciones según las necesidades del profesional.
- Radiografía: Obligatoria y de primera elección en la exploración física. Es recomendable realizar radiografías comparativas en ambos pies mediante proyecciones dorsoplantar en carga, perfil en carga, imprescindible en estos dos casos que se realicen en carga para que las radiografías sean clínicamente valorables, y axial de sesamoideos. Hay que destacar que con esta prueba exploratoria puede pasar por alto una fractura por fatiga o una necrosis incipiente.
- Ecografía: Útil para el estudio de posibles derrames y de partes blandas.
- Ganmagrafía: Se trata de un examen sensible pero poco específico en la patología sesamoidea.
- Tomografía computerizada o TC: Insustituible en el estudio de la estructura ósea, siendo especialmente indicada ante la sospecha de una osteonecrosis incipiente cuando la radiografía y gammagrafía no son concluyentes.
- Resonancia magnética: Puede detectar una fractura o una osteonecrosis , así como trastornos articulares.
- Estudio de las presiones plantares: En el tercer rocker de la marcha o fase de despegue se observa una lateralización de las cargas a nivel del antepié.
La patología que los afecta es variada, destacando las fracturas por estrés o fatiga, sesamoiditis, osteonecrosis, artrosis, reumatismos inflamatorios, etc.
Sus tratamientos son a su vez igual de variados pudiendo optar según el caso por métodos conservadores o quirúrgicos.
Así pues, destacar el papel amortiguador, así como su función en la fase propulsiva de la marcha.
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blog 2018-09-28T14:53:40+00:00 28 septiembre 2018|
