El precio de saldo es el precio que posee un bien o servicio, generalmente inferior al habitual, cuando se ha acabado la temporada y deben liquidarse las existencias.
El precio de saldo es una herramienta muy utilizada por las empresas del sector retail. De esta forma, cuando se ha acabado la temporada y la empresa se ha quedado con existencias que no se han vendido, se aplica el precio de saldo con el fin de recuperar el dinero pagado por ellas, así como liquidar el stock. Habitualmente, la forma de hacerlo es reduciendo el precio de estos bienes o servicios.
El precio de saldo es el valor más bajo al que puede venderse un bien o servicio, sin incurrir en pérdidas.
Causas que determinan la venta a precio de saldo
Entre las principales causas que llevan a una compañía a vender a precio de saldo podríamos destacar:
- Se ha acabado la temporada y hay existencias que no se han vendido.
- Se ha lanzado un nuevo modelo al mercado, por lo que el anterior queda obsoleto.
- La compañía se va a liquidar, debiéndose deshacer de sus existencias.
- La empresa ha optado por cambiar su estrategia, deshaciéndose de las existencias restantes.
Estas son algunas de las causas que llevan a una compañía a vender a precio de saldo. No obstante, pueden existir muchas más razones.
Ejemplo de venta a precio de saldo
Para entender mejor el concepto, el siguiente apartado trata de exponer un ejemplo de cómo una compañía del sector retail realiza una serie de ventas a precio de saldo.
Imaginemos que somos una compañía del sector textil. Dicha compañía se dedica a la venta de ropa, así como accesorios para hombre y mujer.
Al finalizar la temporada de verano y realizar el inventario, encontramos que tenemos 15 camisetas de manga corta, así como 10 pantalones cortos que no se han vendido. Al haber pagado por las prendas, necesitamos venderlas para recuperar la inversión, como poco. Sin embargo, la temporada de verano ya se ha acabado y hemos llenado nuestro inventario con la ropa de la nueva temporada de invierno.
Para ello, lo que hacemos es reducir el precio de esas camisetas y pantalones, poniéndolas al precio mínimo que nos permita obtener los ingresos desembolsados por la adquisición de esos productos, no incurriendo en pérdidas que, de no venderlas, deberá asumir la empresa.
Así, procedemos a lanzar una nueva campaña a precio de saldo, poniendo las camisetas y los pantalones al mismo precio que desembolsamos por ellos. De esta forma, recuperamos la inversión realizada, y evitamos las pérdidas de obsolescencia de stock.
Así, de la misma forma que en el ejemplo, otra serie de compañías también utilizan esta herramienta. Sin embargo, el sector textil, dada la alta rotación de existencias, es uno de los mercados en los que podemos encontrar más esta situación.
