Los padres os preguntáis: ¿Por qué mi hijo no come?, ¿qué hago para que coma?; y el pediatra se pregunta: ¿Cómo es posible tantos niños que no comen y luego vemos tantos niños con sobrepeso?
En este artículo y el siguiente os explico por qué un niño no come y cómo hacer para que coma mejor.
Artículo actualizado: enero 2021
Desde que comencé a trabajar como pediatra siempre me llamó mucho la atención cuando una madre en la consulta viniese por el motivo que fuese, al final terminase en una conversación tipo:
Madre: «… y que hago para que coma?, es que no come nada«,
Pediatra: «¿desde cuándo no come?»,
Madre: «siempre ha comido muy mal, pero ahora desde hace dos meses no come nada»
Y yo observaba un niño en la consulta bien activo, con un peso y una talla adecuados, sin ningún signo de malnutrición,… y no entendía muy bien como casaba eso con todo lo que había aprendido sobre nutrición durante la residencia de pediatría.
El problema está en que el niño que «no come» en realidad sí que come, pero no come lo qué la madre quiere, y cómo la madre quiere.
En el tema de la comida los padres, con toda la buena intención, lo pueden estropear con facilidad, en el sentido que pueden hacer que su hijo acabe teniendo una relación anormal con la comida y el acto de comer.
Relajaos, vuestro hijo no se va a desnutrir, lo que hay es que mejorar su relación con la comida.
Vayamos por partes:
- Primero, comer es un instinto primario básico, tan imprescindible para la supervivencia, que ningún niño pasa hambre habiendo comida (a no ser que tenga alguna enfermedad,…).
- Entonces el conflicto se genera porque:
- Uno: el niño no come la cantidad que los padres esperan.
- Dos: el niño no come cómo los padres quieren.
Lo primero tiene fácil remedio. Lo segundo puede ser algo más complicado.
A lo anterior se suelen juntar el que los niños pequeños pueden estar enfermos con frecuencia, sobre todo si van a guardería. La mayoría de esas enfermedades son virus catarrales, gastrointestinales,… durante los cuales el niño suele tener menos apetito, o ser más selectivo a la hora de comer; todo lo cual se añade a la percepción de los padres de que su hijo no come bien.
Para saber más sobre la alimentación del niño enfermo: «Cuándo un niño está enfermo, ¿qué le damos de comer?»
¿Cuánto tiene que comer un niño?
Básicamente lo que quiera, que generalmente es menos de lo que la mayoría de padres (y sobre todo las madres y las abuelas) creen.
Cada niño tiene unas necesidades diferentes, porque cada niño tiene un metabolismo, una velocidad de crecimiento, una capacidad digestiva, un tamaño, etc.; es decir, puede haber muchas diferencias que hacen que la necesidad calórica de unos niños a otros pueda variar mucho. Además estas necesidades van a ir cambiando en el mismo niño con el tiempo. Las recomendaciones nutricionalesse basan en estudios que comprenden grandes grupos de niños, de esos estudios se deducen unas estimaciones promedio.
Las recomendaciones nutricionalesson una guía y pueden ser aplicables a muchos niños, pero no a todos, ni en todo momento.
Los padres muchas veces calculan lo que el niño tiene que comer en base a lo que pone en el bote de la leche, en los potitos, en lo que come el sobrino o el hijo de la vecina (aquí las madres siempre se fijan en uno que come más),… y esperan que su hijo coma unas cantidades que muchas veces no son las que su hijo necesita.
La mayoría de niños entre los 2 y los 6 años necesitan comer cantidades bastante pequeñas, y a veces nos empeñamos en ponerles un plato de «mayores».
Alguna madre enseguida puede decir: «… es que sólo come una cucharada y ya está». Bueno, puede que en ese momento no necesite más. Aquí habrá que ver como hace el resto de comidas, o si la madre le ofrece otra cosa,…
Si el niño se desarrolla bien indica que está comiendo lo que necesita. Para eso están las revisiones con el pediatra, para hacer un seguimiento de su desarrollo. Si un niño de verdad no come lo suficiente, debe servalorado por vuestro pediatra, y descartar una enfermedad o problema de base.
Para saber más aquí os dejo este artículo para familias que escribí para la AEPap: «¿Cómo saber si vuestro hijo come bastante?»
Es más importante que coma variado, aunque sean cantidades muy pequeñas.
Pero claro muchas veces la madre dice: «Bueno sí que acaba comiendo, pero me cuesta mucho que coma;…si yo no me empeñara no comería nada». Y aquí es donde está el segundo motivo de porque los padres creen que su hijo no come: el niño no come como la madre, o el padre quiere.
¿Cómo tiene que comer un niño?
Comer es una necesidad primaria, pero el acto de comer es un hábito, y como tal hábito se puede «educar». Muchas veces el conflicto puede estar aquí, en cómo se ha establecido el hábito de comer.
Como todo tema de educación los padres deben decidir cómo quieren que coma su hijo. Pero sobre todo, hacerlo de manera que la comida no se acabe convirtiendo en un conflicto y el niño desarrolle una relación poco natural con el acto de comer.
A mi modo de ver, hay dos momentos clave en que más se puede estropear la relación del niño con la comida:
- Uno es cuando se comienza con la alimentación complementaria. Cuando el lactante de 6 meses se le empiezan a dar otras cosas además de la leche. En esta etapa la alimentación se le ofrece, nunca se le mete a la fuerza. Si quieres saber como se hace pincha aquí.
- El segundo momento crítico es a lo largo del segundo año de vida, cuando se pretende que el niño coma de todo y en cantidad. A esta edad muchos padres tienden o a forzar a su hijo demasiado con la comida, o a crear muchas expectativas en torno al acto de comer. En esta etapa además el niño está desarrollando su afirmación del yo, en la que trata de definir cuál es su «posición» en el entorno en que se mueve, sobre todo la familia. Si el niño detecta que se crean muchas expectativas alrededor de la comida, va a usar el acto de comer para «afirmarse» frente a los padres; vamos que está dispuesto a enfrentarse a ellos para decir «aquí estoy yo». No es que esto sea malo, pero hay que entender que es una fase normal del desarrollo de su personalidad y saber aceptarlo y respetarlo. En esta etapa muchos niños también pasan por una fase negativista (dicen a todo que no), con lo que es relativamente fácil que se estropee su relación con la comida, si se intenta forzar.
En cualquiera caso, tanto si le fuerza como si se genera mucha expectación, la consecuencia es que el niño no desarrolla una relación natural con el acto de comer, y muchas veces va a asociar comer con algo desagradable. El niño ya sabe que a la hora de comer toca «pelea» con la madre. Para la madre también es un momento muy desagradable. Cuantas madres he visto en la consulta que me han dicho que temen el momento en que tienen que dar de comer a su hijo.
Resulta evidente que, así la cosa no puede sino empeorar con el tiempo. Sí el niño asocia la hora de comer con: «mi madre se enfada conmigo», «me riñe», o «me va a meter la comida a la fuerza», o «va a hacer que me coma todo eso»,… nunca le va a gustar comer. Además, esta relación antinatural con la comida más a largo plazo puede tener otro tipo de consecuencias (a veces algo tan aparentemente opuesto como la obesidad…).
Si un niño de verdad no come, es decir, come tan poco y tan mal que repercute en su desarrollo, hay que buscar la causa, pero no sirve de nada forzarle a comer, reñirle, castigarle, o enfadarse con él.
En resumen: no convirtáis el comer en algo desagradable para vuestro hijo, al final lo será para toda la familia
Haced que las comidas sean un momento agradable para todos.
Entonces,¿Qué hacemos para que coma mejor?
En el próximo artículo os lo cuento: pincha aquí.
Actualizado: enero 2021
Algunas referencias:
The Normal Child, RS Illingworth; 9th Ed
Pediatric Nutrition. Chapter7, 2019, 8 th Edition. American Academy of Pediatrics
Horas y horas de hablar con las familias sobre este tema.
