El coleccionismo de monedas puede hacerte ganar un dinero extra inesperado. La numismática le otorga un valor reseñable a ciertas piezas que, por diversas causas, son especiales.
Entre los motivos que pueden hacer que una moneda sea apreciada por los coleccionistas se pueden encontrar la antigüedad, los metales con los que la pieza esté fabricada o que presente algún error de acuñación.
Este último es el caso de una moneda de 25 pesetas con agujero por la que se pagan hasta 100 euros en las subastas numismáticas. La misma pertenece a Castilla y León.
Y precisamente en la región de procedencia de la pieza es donde se encuentra ese fallo de fabricación que la convierte en singular. En el reverso de la moneda, el lugar en el que solía venir grabado el nombre de la comunidad autónoma, se puede leer “Castilla León”, es decir, sin el “y”.
Ese pequeño error es el que hace que aquellos que tengan la suerte de tener guardada en un cajón una moneda que cumpla con la citada característica, pueda obtener hasta 100 euros si decide deshacerse de la pieza.
Aunque es lituana, presenta en el canto el título del himno de Letonia.
Las monedas conmemorativas
En cualquier caso, hay otro supuesto en el que una moneda puede multiplicar su valor con el paso del tiempo. Se trata de las monedas conmemorativas, que al formar parte de ediciones limitadas, suelen acabar revalorizándose.
El Banco Central Europeo (BCE) precisa en su página web que “cada país puede emitir dos monedas conmemorativas al año” y que lo que las diferencia es “el motivo conmemorativo que figura en la cara nacional”. Además, el propio BCE precisa que “solo puede acuñarse con carácter conmemorativo la moneda de dos euros”.
No obstante, también se pueden acuñar monedas que no estén destinadas a ponerse en circulación. Un ejemplo son las monedas de 200 euros, 50 euros y 10 euros que la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre va a emitir este año 2023 para conmemorar el centenario de la muerte del pintor valenciano Joaquín Sorolla.
